YOLANDA NAVAS

RASSEN: EL CIELO EN LA TIERRA (PRECUELA)

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En India, exactamente en Cachemira, existen miles de leyendas a cerca de los pobladores de las montañas del Himalaya; pequeños clanes de hombres y mujeres que viven en comunión con la naturaleza, al margen de cualquier avance tecnológico, y en algunos casos, del más mínimo vestigio de civilización.

 

Los Nagá son por excelencia los protagonistas de estas leyendas, contando, entre otros privilegios, con su propia festividad local en vísperas del monzón.

 

Para algunos, los de la tribu son temibles y monstruosos entes diavólicos. Peligrosas criaturas capaces de todo tipo de proezas físicas y mentales. Para otros, los más numerosos, los nagá son sólo invenciones, o en todo caso, seres humanos, comunes y corrientes, que ocultan su vulnerabilidad bajo un mito, sirviéndose de trucos y de sustancias alucinógenas…

 

Pero Mih-na no tiene dudas sobre la existencia de la mitológica tribu, no en vano, la bella e inquieta joven,  poco más que una adolescente, es una de ellos.

 

Condenada al más estricto de los retiros, en una gran fortaleza subterránea entre los altos picos del Himalaya, junto con el resto de los nagá, en cuanto es consciente de su situación respecto al resto del mundo, haciendo caso omiso de las advertencias de los ancianos de la tribu, Mih-na abandona a los suyos. Su inteligencia y arrojo le facilitan hospedaje y trabajo como criada en la casa de campo de un naviero inglés.

 

Obligada a fingirse muda, para no levantar sospechas con su extraño timbre de voz, encuentra en el hijo de la casa un cómplice, un amigo, un maestro y un amante.

 

Prejuiciosos y elitistas, los Blake, padres del joven, no ven bien la relación entre ambos, pero eso no impide que la pareja inicie una vida en común.  La felicidad es plena durante unos pocos años, pero poco después de que Mih-na quede en cinta, su esposo fallece de una enfermedad pulmonar, y tras ser repudiada por los Blake,  debe regresar a la fortaleza subterránea.

 

Allí, Mih-na, a la que el resto de los nagá consideran una desertora, instruirá a su hija Del-ham-ra,  tanto en las costumbres de los moradores de las montañas como en las de su padre, por cuyo origen la niña siempre sentirá  una curiosidad casi insana.

 

Esta debilidad será el detonante de toda una cadena de acontecimientos inesperados: Cuando Del-ham-ra es inducida a iniciar una vida en común con Hom-ta, al que considera un hermano, ofendida y asqueada, al igual que una vez hizo su madre, elige fugarse. Está totalmente convencida de que su lugar está en Inglaterra, junto con la instruida y pomposa familia de su padre, y no allí, en las montañas, rodeada de supersticiosos salvajes.

 

Desafortunadamente, la mestiza desconoce el verdadero motivo por el que ella y su madre regresaron a las montañas. Del-ham-ra ignora que fue repudiada, al igual que ignora que ese paraíso que tanto ansía conocer hierve, en plena segunda guerra mundial.

 

Hitler cree que el origen de la raza aria, su raza, se encuentra entre las montañas y eventualmente envía a sus soldados a explorar la zona. Cuando estos se topan con Del-ham-ra y su pretendiente, dan por hecho que están cerca de conseguir su objetivo.

 

Mientras que Hom-ta es obligado a trabajar en uno de los campos de exterminio de Hitler, Del-ham-ra es enviada a un hogar para mujeres y sus bebés. Una casita aparentemente idílica, que forma parte de un tenebroso proyecto del fuhrer para incrementar la natalidad; el proyecto Lebensborn . Su misión allí no será otra que dejarse embarazar por un oficial de la SS.

 

Cuando cree que todo está perdido, por alguna razón, los nazis deciden trasladarla a Salónica en barco. En pleno viaje hacia Grecia, consciente de que esos hombres no se contentarán con ser sus simples guardianes, se ve obligada a tomar medidas drásticas. Este hecho marcará un antes y un después en la vida de la mestiza.

 

En pleno trance, incapaz de poner en orden sus pensamientos, el destino coloca en su camino a un colaborador de los aliados: Geórgios Karagounis, un joven griego, más conocido como George K.

 

Poco después de conocerla, abrumado por los sentimientos que despierta en él, George se niega a aceptar lo que Del-ham-ra es en realidad. De modo que, por pura piedad, ella se verá obligada a hacerle ver que su mente es incapaz de reaccionar ante las emociones humanas tal y como él está acostumbrado. Tal y como él merece.

Aquí comienza Rassen. Con la historia de Delamara Blake, la abuela de Alexander y el origen de todo.

 En un primer momento la historia de la mestiza no iba a desarrollarse, pero a petición de algunos lectores, que se sintieron intrigados, vio la luz, convirtiéndose así en una precuela.